Símbolo, mito, rito, canon, y doctrina.

 

A continuación consideraré estos elementos como constitutivos de una parte de lo que creo es el ciclo del fenómeno religioso. Este ciclo se inicia con el símbolo, elemento sobre el cual no me detendré demasiado. El mito es la cualidad que tiene un objeto de significar otra cosa diferente al valor significante que tiene en si mismo; ejemplo: el sol puede simbolizar la vida o la divinidad. El símbolo es un elemento constitutivo de toda creencia religiosa y del cual parte (aunque no siempre) el ciclo al que hago referencia, se construye en comunidad y no individualmente, la cual legitima su sentido; es por esto que los símbolos pueden variar de sentido de una comunidad a otra[1].

El fenómeno religioso entonces comienza su ciclo de sentido polisémico con el símbolo[2], sin embargo, la unión de varios símbolos forman un segundo elemento: el mito. Inicialmente el mito fue definido por el profesor alemán Christian C. Heyne como el “espíritu del pueblo” luego otros autores lo definieron como identidad cultural de los pueblos, Walter Burkert lo define como “relatos tradicionales con “significación” especial” definición que esta muy cerca a la de Jan Bremmer “relatos tradicionales importantes para la sociedad”; teniendo en cuenta estas definiciones el mito se nos presenta como un relato que es en si mismo un lenguaje del pueblo y como tal puede ser analizado como se analizan los semas o núcleos de significados del texto, en el caso del mito tenemos mitemas que son los núcleos de sentido[3].

Al ser un lenguaje podemos verlo como narrativa y desde ahí como un relato en el que actúan dioses, un relato que remiten al origen de las cosas (naturaleza, instituciones, costumbres), en un tiempo y espacio primordial y que da sentido a una realidad del presente. Los mitos sirven para persuadir como el caso del Deuteronomio donde se hace un recuento a los israelitas de los diferentes mitos que ya la nueva generación no conocía o había olvidado, los mitos se adaptan a los contextos, esto lo vemos por ejemplo en el relato de la creación de Génesis 1 y 2 donde cada uno tiene un contexto de redacción especifico que obedece intereses particulares de los relatores.

Los mitos también exponen las reclamaciones políticas y sociales de familias y ciudades, como lo observamos en el relato de Caín y Abel o el de la torre de Babel.

El símbolo, entonces, se presenta como una trans-significación del sentido del objeto en si, este en una dinámica de acercamiento entra en contacto con el mito como su elemento más significativo, por el que además adquiere especificidad; así, el mito es lenguaje que comunica y da cuenta de una realidad presente, no obstante, aquí entra en juego el rito quien es el encargado de dar acción a ese mito, es gesto, es imagen, es donde la acción divina contada en el mito es mimetizada como acto litúrgico.

Esta acción esta ligada a la eficacia, es repetitiva y posee un espacio y tiempo sagrado. Los ritos pueden llegar a convertirse en instituciones sociales; sin embargo, en las últimas décadas esta relación mito-rito es de constantes debates, tres son las posibilidades que se han barajado: el mito como escenario del rito, el rito como generador del mito, y mito y rito como elementos que surgen al mismo tiempo[4]. De estas tres posibilidades he escogido la primera por las razones que explicaré a continuación, con esto no desconozco que la relación mito-rito es mas compleja e irreductible a una formula.

Dado que el texto con relatos mítico al que me he referido anteriormente es la biblia prefiero ver el mito como escenario del rito, ya que junto a Croatto veo que el rito refuerza la eficacia sacramental que ya tiene la recitación de la palabra mítica. Sumado a esto esta demostrado que el mito intenciona al rito y es polisémico, Ej. El sumergirse en el Jordán es rito homologo al de sumergirse en el Ganges de la India. Otro aspecto del rito es que se consolida y penetra en la conciencia por efecto de su manifestación social, sea en la recitación o en la dramatización litúrgica; por tanto el rito es un hecho social.

Del rito pasamos al canon el cual es el resultado de querer tener una coherencia interna del pensamiento reflejado en la praxis ritual, de allí la tendencia de las religiones literarias de recoger sus textos que originalmente fueron tradición oral o de hacer de su tradición oral escritura sagrada (corpus sagrado); las cuales se van produciendo luego de un largo proceso creativo y hermenéutico respecto de la realidad hasta establecerse en un canon o algo semejante.

Más adelante este canon el cual también recibe un carácter de revelación debe ser explicado, profundizado, sistematizado, aquí nos encontramos en la fase de la doctrina; así, la doctrina es al mismo tiempo una teovisión, una cosmovisión y una antropovisión. El contenido del canon se ha impuesto a la creencia y a la práctica.

Si bien esta sistematización y organización es útil para dar orden al sistema de creencias, no cierra la puerta a las diferentes interpretaciones que pueden surgir de los mitos y ritos dado su carácter polisémico, sin embargo, este es el papel que en muchas ocasiones juega la doctrina, la cual termina reduciendo el contenido de los símbolos, mitos y ritos contenidos en el canon a interpretaciones finales desposeídas de la riqueza cultural, política, y social a la que deben sus múltiples sentidos.

Finalmente creo que el canon establece una relación verdadero-falso, positivo-negativo respecto de otros escritos o tradiciones, y que la doctrina al no considerar lo variable del contenido canónico desdibuja los diversos sentidos del canon a merced de intereses políticos, económicos, de poder etc. Los que muchas veces no tiene nada que ver con la conservación de la creencia.


[1] Siguiendo a Severino Croatto.

[2] Del indoeuropeo recordar, pensar.

[3] Claude Lévi-Strauss, 1955. «El estudio estructural del mito» en Journal of American Folklore, nº 68 p. 428-555.

No hay que ignorar que estas definiciones al hablar hacen referencia a relatos antiguos y con características especiales, es decir, no todos los relatos que tienen un significado para la comunidad pueden ser considerados mitos. Cfr. James George Frazer, La Rama Dorada: Un Estudio sobre Magia y Religión.

[4] Versnel, transition and reversal, 88-135.

Biblia y Cultura

 

Paba es muy grande, es inmenso; Nana es muy grande, es inmensa.

No se deja atrapar por un solo pueblo,

un solo pueblo no puede conocer todos sus caminos, no puede entenderlo todo.

Por eso, Paba creó sobre la tierra a muchos pueblos.

Paba no creó un solo pueblo, Nana no creó un solo pueblo sobre esta tierra.

Por eso mismo, cuando un pueblo dice lo que yo sé de Paba es mejor y más exacto,

ese pueblo no conoce a Paba; está lejos de entender su mensaje;

está creyendo que Paba es poca cosa, que Nana es poca cosa.

Los Kunas decimos que Paba está en lo alto, que Nana está en lo alto

Aiban Wagua[1]

Este texto es una reseña sobre el tema Biblia y Cultura. Tomaremos como guía principal el texto de Jaime Reynés: La Biblia de los conquistadores y de los vencidos (RIBLA 12), y nos apoyaremos en otros documentos que puedan arrojarnos luz sobre este tema.

Jaime Reynés escribe en ocasión de los 500 años de la llegada o conquista de los europeos a América, un texto que muestra las dos lecturas de este acontecimiento, es decir: la lectura indígena[2] y la lectura de los conquistadores. Posteriormente el texto de Reynés suma la lectura de algunos acontecimientos de los textos bíblicos a las dos lecturas anteriores dando lugar a importantes puntos de vista, que evidencian la tensión que existió entre la cultura de la de la biblia, de los indios y de los europeos.

Reynés inicia su argumentación releyendo lo que el denomina la Biblia de la conquista y el nacimiento de América.

Como primer punto habla de los orígenes. Presenta el choque cultural que se dio cuando lo que para los españoles era el monoteísmo verdadero se enfrento al “politeísmo” de los indios de las Antillas y de México, observando como en las Antillas la deidad Ometéolt al poseer dos formas; masculina y femenina, fue causante de grandes contradicciones para la fe española que venia con un Dios absolutamente masculino y Uno, que para nada tenia que ver o con un Dios en dos formas o con dos Dioses uno masculino y otro femenino como lo leyeron. Menciona también la historia de Quetzacóalt, divinidad en México y de Viracocha, divinidad de los quechuas. El autor prosigue con su explicación de los orígenes y como segundo elemento muestra como la llegada de los españoles se efectuó en un clima de prodigio y magia, testimonio del esfuerzo interpretador de los vencidos[3]. Ante esta realidad se pregunta; qué hubiera pasado si el adviento de Jesucristo se hubiera reconocido como Viracocha, Quetzacóalt redivivo, señor de la yuca que cruzaba el mar para dar un abrazo a su pueblo. Pregunta que deja abierta.

En segundo lugar Reynés habla del éxodo bíblico y presenta algunos textos que bien podrían considerarse relecturas del hecho bíblico; por ejemplo el testimonio de los Mayas que aparece en el Chilam Balam, la lectura espiritualista de “los doce apóstoles” (franciscanos) de la nueva España, la lectura liberadora de los Lascasianos en su denuncia de la encomienda como mas opresora que la opresión de faraón en Egipto.

Continua con el paradigma del éxodo pero ahora lo relee desde el concepto de la noche triste, mostrando la lectura indígena de la retirad de Hispania de la ciudad de México y el profundo dolor que trajo a este pueblo lo que parecía una fiesta que se convirtió en una masacre. Ante este panorama se levanta la lectura hispana que establece al Dios cristiano como fuerza y socoro del proceso de conquista. Todo este panorama hace de nuevo que Reynés se pregunte ¿pudo la colonia ser legitimada religiosamente como esclavitud para los indios y tierra prometida para los cristianos? ¿De parte de quién esta Dios si no hay más que un solo dios diversamente conocido y adorado? Estas preguntas son importantes para comprender como la teología y la hermenéutica de la biblia hecha de una determinada manera puede o no legitimar un sistema de opresión, sobre este tema Pablo Richard escribe: “La primera experiencia de los indígenas con la Biblia fue traumática. En la conquista y colonización de América la Biblia fue normalmente utilizada como instrumento de dominación y de muerte. Un dicho popular en Guatemala dice así: Cuando llegaron los españoles nos dijeron a nosotros, los indígenas que cerráramos los ojos para orar. Cuando abrimos los ojos, nosotros teníamos su Biblia y ellos tenían nuestra tierra”[4].

Este trauma histórico de los indígenas con la Biblia se expresa también en aquella famosa carta abierta que varios movimientos indígenas escribieron a Juan Pablo II cuando éste visitó el Perú, en la que los indios devolvían la biblia a la papa por considerarla parte del cambio cultural impuesto y arma ideológica del asalto colonialista.

Un tercer momento que presenta Reynés es la conquista de la tierra, describiendo la definición de mesianismo que hace el capellán de Cortés, López de Gómara: “Quiso Dios descubrir las Indias en vuestro tiempo y á vuestros vasallos para que las convirtiésedes a su santa ley… porque siempre guerreasen españoles contra infieles”[5] esta definición como hace ver Reynés establece paganos que deben ser evangelizados y cristianos con un mensaje evangelizador; por tanto, los primeros son aquellos con derecho sobre la tierra americana por ser parte de la herencia de Dios de la cual deben despojar a sus habitantes idolatras. Todo este planteo que realiza Reynés desemboca como el lo enuncia en el choque de dos culturas[6] de las que ya habíamos hablado antes.

Los aztecas quedaron tan escandalizados por la grosería de los blancos como ellos de los sacrificios de éstos. De esta forma queda evidenciado como la religión puede llegara configurar una realidad cultural tal que dos seres humanos “iguales” se vean e interpreten el mundo del otro de formas contrarias. Desde aquí quisiéramos destacar lo dicho por Leonardo Boff: “La re­li­gión configu­ra una de las ma­yo­res o aca­so la ma­yor crea­ción cul­tu­ral hu­ma­na. Por ella pa­san las es­pe­ran­zas más pro­fun­das y se dan res­pues­tas a las in­te­rro­gan­tes más per­ti­na­ces; en ella se ma­ne­jan los con­cep­tos úl­ti­mos co­mo la sal­va­ción, la vi­da eter­na o la per­di­ción. No sin ra­zón la re­li­gión es fre­cuen­te­men­te in­vo­ca­da pa­ra le­gi­ti­mar po­de­res, ya que ella con­fie­re un ca­rác­ter úl­ti­mo e ina­pe­la­ble a sus pro­nun­cia­mien­tos. To­da cul­tu­ra pro­du­ce su re­li­gión, es de­cir, or­ga­ni­za las res­pues­tas a la sed de ra­di­ca­li­dad y per­pe­tui­dad del co­ra­zón hu­ma­no”[7].

El autor llama a su cuatro punto profetismo. Desarrolla este punto teniendo en cuenta los aportes del lascasiano Bartolomé de las casas a quien pone como un profeta de la época de la conquista quien a través de sus postulados sobre le paraíso perdido y el pecado original como codicia, se enfrenta a los planteos de M. Giménez contra el cual no salió bien librado, sin embargo, dice Reynés queda claro que los enfrentamientos de las instancias superiores con los profetas viene de muy atrás, al igual que las diferentes teologías, escuelas y visiones entre teoría y praxis.

El quinto aspecto es destrucción y ocaso, en este el autor da cuenta de la forma en que luego de la instauración de los conquistadores sobre las tierras y cultura de los conquistados sucede el derrumbamiento de un mundo militar y teológico que durante siglos acompaño a los pueblos de América. Para ilustrar esto el autor cita[8] el siguiente texto de la filosofía náhual: Vosotros dijisteis, que nosotros no conocíamos al Señor del cerca y del junto y de quien son los cielos y la tierra. Dijisteis que no eran verdaderos nuestros dioses... Y ahora nosotros ¿destruiremos nuestra antigua regla de vida? Dejadnos, pues, ya morir, dejadnos ya perecer, puesto que nuestros dioses han muerto.

Reynés cierra este aspecto llamando a esta etapa; etapa de cierre del Antiguo Testamento de América y preguntándose: “¿Qué Profeta, qué Sacerdote, será el que rectamente inter­prete las palabras de estas Escrituras?”.

Finalmente Reynés observa el fenómeno de la virgen de Guadalupe llamando a este punto revelación de la misericordia. Considera que en el momento que la virgen se “aparece” estaba cortado el dialogo cultural y luego de su aparición éste dialogo es preestablecido, dando origen a una religiosidad propia inculturada. Un evangelio náhualt, un “Evangelio en jeroglífico”, un “códice indígena” para gente de cultura pictográfica. Era la respuesta a la pregunta del “Antiguo Testamento de América”, el sí de Dios (2 Cor 1,20) al adviento de los pueblos, el Nuevo Testamento: la Buena Noticia de salvación para los pobres.

Como conclusión expone: “Era el evangelio de los pobres. Un indio de los barrios marginados (“símbolo de los pobres y oprimidos que se niegan a dejarse destruir por el grupo dominante”) se atreve a pedir al arzobispo (“símbolo del nuevo grupo dominante español”), en nombre de la madre de Dios, que cons­truyan un templo (=una civilización, “todo un nuevo estilo de vida) “no dentro del esplendor de la ciudad, según los planes de España, sino en la barriada del Tepeyac, según los deseos del pueblo”.

Podemos decir nosotros que el texto es una forma creativa de mostrar elementos presentes en la conquista, que tiene mucho que decir hoy y que recuerda que no tenemos evangelio ni biblia “pura” y que lo que somos es producto de un proceso largo de choque cultural.


[1] Ver: Las Teologías Indias ante la globalidad de la Teología Cristiana. En Christus Nº 7

[2] Aclaramos que si bien existe toda una discusión sobre le termino indio, no es nuestro interés profundizar en ella, por tanto siguiendo al autor no distinguiremos entre indígenas o pueblos originarios o entre indio o habitante originario, pues a ninguna de las categorías anteriores le otorgamos un sentido menos o mas positivo. Si se quiere profundizar la respecto esta todo el libro de Guillermo Bonfil Batalla, (ed.): Utopía y revolución: el pensamiento político de los indios en América Latina, Editorial Nueva Imagen, México, 1981 y el de Fernando Mires: El discurso de la indianidad. La cuestión indígena en América Latina, Abya-Yala, Quito, Ecuador, 1992.

[3] Aquí el autor expone el impacto que tuvo en México la llegada de los europeos al ser interpretada por parte de los indios como el regreso de Quetzacóalt.

[4] Richard, Pablo: Hermenéutica Bíblica India. En RIBLA, No 11, 1992, pp. 9-24

[5] Historia General de las Indias (Rivadeneyra), Madrid, 1852, pág. 156.

[6] Según Comblin, J. Reconciliación y liberación. CESOC, Ediciones Chile y América, Santiago de Chile, 1987, pág. 240. La historia de la cultura en América Latina registra, por lo menos, tres invasiones culturales: la ibérica, de 1492 en adelante; la europea, a partir del siglo XIX, y la invasión de la cultura contemporánea, cuyo liderazgo se atribuye principalmente a Estados Unidos. Nos hacemos la pregunta, desde el ámbito de la teología, ¿cuál ha sido el papel que ha desempeñado la Iglesia Cristiana, en sus diversas tradiciones, en esta invasión cultural?

[7] Boff, Leo­nar­do. “Evan­ge­li­zar par­tien­do des­de las cul­tu­ras”, en: Suess, Pa­blo (ed.). Culturas y evan­ge­li­za­ción (La uni­dad de la ra­zón evan­gé­li­ca en la mul­ti­pli­ci­dad de sus voces), 1992, págs. 103-104.

[8] Reynés cita otros textos como el del Chilam Balam que también da cuenta de esta destrucción.

Una carta de Plinio el Joven a Trajano. Testimonio del cristianismo primitivo [3]

Trato del Plinio al emperador trajano y referencia a los martires:

Plinio el joven, en el panegírico que hizo de Trajano á la sazón, no pronunció una sola palabra de piedad ó de moderación contra aquellos horribles juegos; ni siquiera recurrió á alguna de esas precauciones oratorias que la mas baja lisonja sabe encontrar á veces para evitar la sangre: pero ¡qué digo! aquellos mismos juegos proporcionaron al orador frases cadenciosas y flores de lenguaje para glorificar á su señor y ensalzar su justicia y humanidad; mas sabéis por qué? por no haber tomado de entre los espectadores nuevos despojos que echar á la arena y aumentar así el número de las víctimas:

"Después de haber provisto de este modo á las necesidades de los ciudadanos
y de los aliados, no has olvidado tampoco sus placeres. Nos has proporcionado un espectáculo, no de aquellos que pueden debilitarnos ó afeminarnos, sino de los que son tan propios para inflamar nuestro valor, familiarizarnos con la vista de nobles heridas é inspirarnos el desprecio de la muerte. Nos has mostrado el amor de la gloria y el ardor de vencer hasta en el alma de los malvados y los esclavos.

¡Con qué magnificencia, con qué justicia has brillado en esta ocasión! Siempre imparcial, siempre señor de tus pasiones, Has alargado lo que se apetecía, has ofrecido lo que nadie se atrevía á pedirte, te has adelantado al deseo general.

Un espectáculo ha seguido á otro, y siempre cuando menos se esperaba. ¿Vióse alguna vez mas libertad en los aplausos, mas seguridad para declararse cada uno según su inclinación? ¿Se nos ha imputado á mal como en tiempo de otros emperadores, haberle tomado aversión por un gladiador? ¿Por ventura alguno de los espectadores se ha dado á si mismo en espectáculo, y ha sido tan desventurado, que haya tenido que espiar placeres funestos por medio de crueles suplicios [1]?"

En qué grado tan profundo de abyección habría caído ya la humanidad, para que un emperador como Trajano se dejase alabar de esta manera por un hombre como Plinio.

[1] Plinio, Panegírico 33.

Protesta de tertuliano a lo dicho por trajano: lo hace desde la lógica pero no consigue mucho.

Pero ni esto se puede averiguar, porque hubo cesáreo decreto para que no se hiciese inquisición de nosotros. Gobernando una provincia Plinio el Menor[1], habiendo dado la muerte á muchos cristianos y quitado á otros sus dignidades, embarazado con la muchedumbre de los que se ofrecían á morir, escribió á Trajano, que era entonces emperador, consultándole qué haría de los otros que quedaban. Del instituto de su profesión le informó: que fuera de la porfiada obstinación en no querer sacrificar á los dioses, no había hallado en ellos sino unos apuntamientos[2] que hacían antes de amanecer, en que cantaban alabanzas á Cristo, como á su Dios, y en las otras enseñanzas su doctrina prohibía el homicidio, el adulterio, el engaño, la traición y otros vicios. Entonces respondió Trajano: “Que no hiciese inquisición de este linaje de gente; pero que si los acusaban, convenía castigarlos con severidad”.

¡Oh, sentencia confundida con órdenes contradictorias por la fuerza del sentir del que la dio! ¡Manda que como inocentes no sean buscados, y ordena que sean condenados como malhechores! Dentro de un orden envuelve dos contrarios, furor y mansedumbre; disimula blando, y riguroso condena. ¿Cómo, ¡oh, emperador!, te cercas condenando con tu censura tu error? Si culpas, ¿por qué no buscas? Si no buscas, ¿por qué no absuelves? Para buscar ladrones en todas las provincias hay militares tropas; contra enemigos públicos y reos de lesa majestad, ninguno del pueblo se exime[3]; todo hombre se arma soldado, la inquisición se hace de los amigos, de los compañeros, de los cómplices, y se extiende á los sabedores; ¿sólo al cristiano nadie lo puede buscar y lo pueden acusar todos? ¡Como si no fuere necesario igual delito ó tanta culpa para ser buscado como para ser denunciado! Condenáis al acusado, de quien expresamente sentís no tiene culpas para ser buscado, y yo pienso, y con razón, que no mereció la pena por ser malo, sino porque fue hallado el que no había de ser buscado.

Apologética 2,6-10

Tertuliano sin embargo no puede salir de la argumentación ilógica y reconoce mas adelante que la medida de trajano era un adelanto respecto de la legislación Neroniana[4].

¿Qué calidad, pues, tienen las leyes que solamente ó las hicieron ó las usaron los impíos, los injustos, los torpes, los crueles, los vanos y los locos? ¿Qué justificación y autoridad tiene la ley que el príncipe, si es bueno, no la usa? Trajano mandando no hacer inquisición de nosotros, en parte las revocó[5]. Adriano, aunque fue curiosísimo explorador de ritos, nunca las autorizó contra los nuestros. Vespasiano, que parece había de ser indevoto de los cristianos, habiendo destruido á los judíos por la conveniencia que nuestra religión tiene con ellos, nunca las apoyó. Antonino Pío, ni Severo nunca las usaron ni impusieron[6].

Apologética 5,7

Textos en latín:

C. PLINIUS TRAIANO IMPERATORI

Sollemne est mihi, domine, omnia de quibus dubito ad te referre. Quis enim potest melius vel cunctationem meam regere vel ignorantiam instruere? Cognitionibus de Christianis interfui numquam: ideo nescio quid et quatenus aut puniri soleat aut quaeri. [2] Nec mediocriter haesitavi, sitne aliquod discrimen aetatum, an quamlibet teneri nihil a robustioribus differant; detur paenitentiae venia, an ei, qui omnino Christianus fuit, desisse non prosit; nomen ipsum, si flagitiis careat, an flagitia cohaerentia nomini puniantur. Interim, iis qui ad me tamquam Christiani deferebantur, hunc sum secutus modum. [3] Interrogavi ipsos an essent Christiani. Confitentes iterum ac tertio interrogavi supplicium minatus; perseverantes duci iussi. Neque enim dubitabam, qualecumque esset quod faterentur, pertinaciam certe et inflexibilem obstinationem debere puniri. [4] Fuerunt alii similis amentiae, quos, quia cives Romani erant, adnotavi in urbem remittendos.

Mox ipso tractatu, ut fieri solet, diffundente se crimine plures species inciderunt. [5] Propositus est libellus sine auctore multorum nomina continens. Qui negabant esse se Christianos aut fuisse, cum praeeunte me deos appellarent et imagini tuae, quam propter hoc iusseram cum simulacris numinum afferri, ture ac vino supplicarent, praeterea male dicerent Christo, quorum nihil cogi posse dicuntur qui sunt re vera Christiani, dimittendos putavi. [6] Alii ab indice nominati esse se Christianos dixerunt et mox negaverunt; fuisse quidem sed desisse, quidam ante triennium, quidam ante plures annos, non nemo etiam ante viginti. quoque omnes et imaginem tuam deorumque simulacra venerati sunt et Christo male dixerunt. [7] Affirmabant autem hanc fuisse summam vel culpae suae vel erroris, quod essent soliti stato die ante lucem convenire, carmenque Christo quasi deo dicere secum invicem seque sacramento non in scelus aliquod obstringere, sed ne furta ne latrocinia ne adulteria committerent, ne fidem fallerent, ne depositum appellati abnegarent. Quibus peractis morem sibi discedendi fuisse rursusque coeundi ad capiendum cibum, promiscuum tamen et innoxium; quod ipsum facere desisse post edictum meum, quo secundum mandata tua hetaerias esse vetueram. [8] Quo magis necessarium credidi ex duabus ancillis, quae ministrae dicebantur, quid esset veri, et per tormenta quaerere. Nihil aliud inveni quam superstitionem pravam et immodicam.

[9] Ideo dilata cognitione ad consulendum te decucurri. Visa est enim mihi res digna consultatione, maxime propter periclitantium numerum. Multi enim omnis aetatis, omnis ordinis, utriusque sexus etiam vocantur in periculum et vocabuntur. Neque civitates tantum, sed vicos etiam atque agros superstitionis istius contagio pervagata est; quae videtur sisti et corrigi posse. [10] Certe satis constat prope iam desolata templa coepisse celebrari, et sacra sollemnia diu intermissa repeti passimque venire victimarum, cuius adhuc rarissimus emptor inveniebatur. Ex quo facile est opinari, quae turba hominum emendari possit, si sit paenitentiae locus.

TRAIANUS PLINIO

Actum quem debuisti, mi Secunde, in excutiendis causis eorum, qui Christiani ad te delati fuerant, secutus es. Neque enim in universum aliquid, quod quasi certam formam habeat, constitui potest. [2] Conquirendi non sunt; si deferantur et arguantur, puniendi sunt, ita tamen ut, qui negaverit se Christianum esse idque re ipsa manifestum fecerit, id est supplicando dis nostris, quamvis suspectus in praeteritum, veniam ex paenitentia impetret. Sine auctore vero propositi libelli nullo crimine locum habere debent. Nam et pessimi exempli nec nostri saeculi est.

Bibliografía:

§ Ribla: Cristianismos originarios extra-palestinos.

§ Diccionario patrístico y de la antigüedad tomo I, ed. Sígueme Salamanca.

§ Actas de los mártires, texto bilingüe, Daniel Ruiz Bueno. Biblioteca de autores cristianos.

§ Dos piesas del epistolario de Plinio, Julio Pimentel Álvarez, UNAM, México, analogía revista de filosofía año 4, 1990 No2.

§ Un hogar para los que no tiene patria ni hogar. John H. Elliot, ed. verbo Divino.


[1] Text. Plinius Secund. Esta carta refiere Euseb., lib. 3., cap. 27; y concluye: Quibus adductus Trajanus promulgavit Edictum: cristianos a neminé inquirendos esse; oblatos vero puniri oportere. El mismo suceso cuenta Plinio, lib. 10.

[2] Text. In antelucanis coetibus. Frecuentadísimo ejercicio de la primitiva Iglesia congregarse antes de amanecer todos los fieles al sacrificio de la misa y de la oración, dijo Cipriano: Nam, et mane orandum est, y Athenágoras: Oriem sol videat librum in manibus tuis.

[3] Text. Omnis homo miles est. El Padre la Cerda, núm. 65., dice: «Que los soldados son ejecutores del castigo.» Yo creo que aquí quiere decir, que para perseguir delincuentes que son enemigos publicos de la patria, de la religión y el reino, todos los hombres son soldados, como en Castilla los de la Hermandad, que salían á perseguir ladrones, bandoleros y otros enemigos públicos.

[4] Los mártires de Bitinia, vida de los mártires.

[5]Trajano decretó la tercera persecución; mas mandando no inquirir los cristianos, la revocó en parte; que la persecución entera, dos partes tiene: buscar y condenar los reos.

[6] Tertul. no atribuye la cuarta persecución á Antonino Pió; y con razón, porque no la decretó, como sienten Euseb., lib. 4, c. 13. Nicef. lib. 3, c. 28. Painel., n. 170. Barón. Ad Ann., 201, núm. 4. Otros la dan á este césar, y también con razón; porque en su tiempo se celebraron muchos martirios por autoridad del magistrado, con pretexto que leian los libros de las Sibilas que Antonino prohibió, porque se convertían muchos por esta lección.

Text. Nullus Severus impresit. De esto se infiere que aun duraba entonces Severo en la benevolencia con los cristianos.

Una carta de Plinio el Joven a Trajano. Testimonio del cristianismo primitivo [2]

Rescripto (respuesta) de Trajano:

Marco Ulpio Trajano (53-117 d.C.), emperador romano (98-117 d.C.), conquistador de la Dacia y Mesopotamia, y primer emperador romano de origen hispano, gobernó con el nombre de César Divino hijo de Nerva, Nerva Trajano Optimo Augusto y también fue llamado César Nerva Trajano Germánico. Nacido en Itálica (cerca de la actual Sevilla, en la Bética), lo más probable es que su familia fuera de origen romano. De joven se instruyó en el Ejército romano y tomó parte activa en las campañas de Hispania, Siria y Germania, durante los reinados de los emperadores Tito y Domiciano. Se distinguió como general de inteligencia excepcional, y en el 91 fue elegido cónsul. En el 97, el emperador Nerva le adoptó y asoció al Imperio.

Respuesta a la carta de Plinio:

Versión 1.

“Querido Plinio, tú has actuado muy bien en los procesos contra los cristianos. A este respecto no será posible establecer normas fijas. Ellos no deberán ser perseguidos, pero deberán ser castigados en caso de ser denunciados. En cualquier caso, si el acusado declara que deja de ser cristiano y lo prueba por la vía de los hechos, esto es, consiente en adorar nuestros dioses, en ese caso debe ser perdonado. Por lo que respecta a las denuncias anónimas, estas no deben ser aceptadas por ningún motivo ya que ellas constituyen un detestable ejemplo: son cosas que no corresponden a nuestro siglo”.

Versión 2.

“Mi querido Plinio, has seguido las normas apropiadas a la hora de examinar los casos de aquellos acerca de los cuales otros te han informado que son cristianos. Hay que tener en cuenta que no es posible establecer normas generales, como una especie de costumbre que aplicar, a dicho tema. No es preciso salir en su búsqueda, pero si se les descubre y resulta que son culpables, deben ser condenados, con la siguiente excepción: a cualquiera que niegue que es cristiano y realmente lo demuestre, adorando a nuestros dioses, sea cual fuere su anterior participación, se le deberá conceder el perdón y en cuanto a las acusaciones que han sido públicamente expuestas por fuentes anónimas, no deben ser usadas como evidencia en ninguno de los procedimientos legales en contra de ellos. Porque esto no sería de acuerdo al espíritu de nuestra época y establecería un ejemplo muy peligroso que otros podrían seguir.”

Análisis de la carta:

Podemos analizar la carta sin tener encuentra ningún otro documento, no obstante es importante revisar 1ra de Pedro ya que dicha carta contiene referencias a los cristianaos que 20 años antes de la carta de Plinio habrían estado en la misma zona geográfica.

Fecha posible de la carta: 110-112 DNE. Es el testimonio más antiguo no cristiano sobre los cristianos.

Pedro: 90

Suetonio: 120

Tácito: 117-117

Si bien los testimonios de estos documentos son más antiguos, su fecha de composición no lo es. Tenemos entonces un periodo de 20 años aproximado entre la carta de 1ra de Pedro y la de Plinio, cosa que se describe en la carta de Plinio.

[…]Otros, que se encontraban en la lista de los informantes, admitieron ser cristianos, pero a continuación lo negaron, diciendo que hacía tres años que habían dejado de serlo, otros dijeron que habían dejado de serlo muchos años antes, algunos hasta hace veinte años.

Lugar de composición: Amastris.

Plinio el joven, mientras era gobernador de Bitinia y el Ponto, describe Amastris, en una carta a Trajano, (Plinio el joven, Cartas, x. 99). En una moneda del tiempo de Trajano, aparece el titulo de Amastris. Continuó siendo una población notable hasta el siglo séptimo DNE.

Esta ciudad fue según Actas de los mártires de Luis Bueno era la ciudad que apartir de siglo II fue el centro del cristianismo del Ponto.

Características de las comunidades en la carta:

  1. Las comunidades Cristianas han crecido:
  • Esta superstición se ha extendido como la peste en nuestras ciudades, pueblos y granjas […]
  • Por lo tanto, decidí cesar las investigaciones y esperar sus instrucciones. Debido al gran número de personas involucradas, […]
  1. Los templos cristianos han sido descuidados no hay compradores para la carne de los sacrificios.
  • También es evidente que los templos, que anteriormente habían permanecido desiertos, han comenzado ahora a ser visitados de nuevo y que las ceremonias religiosas, que en el pasado habían quedado olvidadas, están ahora empezando de nuevo. En muchos distritos están comprando carne para los sacrificios, […]
  1. Los que antes no gozaban de ciudadanía romana (grupos de extranjeros residentes, libertos) ahora la tienen, pues la ciudadanía poco a poco pudo ser obtenida por personas que poseían talleres grandes u otros negocios.
  • Ha habido otros que afirmaron las mismas tonterías, pero debido a que eran ciudadanos romanos, he mandado que fuesen transportados a Roma.
  1. Participaban de la comunidad: Hombres, mujeres, jóvenes y adultos, esclavos, libres y ciudadanos.
  1. Algunos habían abandonado la fe hacia ya 20 años.
  • otros dijeron que habían dejado de serlo muchos años antes, algunos hasta hace veinte años.
  1. La actividad de las comunidades al parecer radicaba en dos tipos de encuentros:

a. Las reuniones matinales de alabanza que incluían juramento ético:

  • Todos estaban convencidos de que lo único que habían hecho mal en el pasado había sido reunirse en un día concreto de la semana, antes de que saliese el sol, para cantar himnos (alternando coros )a Cristo, como a un dios, […]
  • […]y comprometerse a no cometer crímenes, sino mas bien abstenerse de cometer fraude, robo, adulterio, dar falsos informes y guardar su palabra cuando se les demandase que lo hiciesen.
  • Problema de traducción: es Cristo llamado casi dios o es Cristo expresado como Dios.

b. La comida nocturna en común. Una comida donde todos participan mezclados sin distinción todos los participantes: es clavos y libres, hombres y mujeres, jovesnes y ancianos.

  • Después, se convirtió en su tradición marcharse y volverse a reunir mas adelante para comer juntos, una comida ordinaria e inocente.
  • Hay problemas con la palabra común Promiscuum pero si sentido mas cercano ala sentido seria mezclado sin distinción.
  1. Tortura de dos esclavas la palabra es ancillis (esclavas domesticas del oiketai de 1pedro.)
  • Con el propósito de averiguar la verdad acerca de este movimiento, decidí torturar a dos esclavas, a las que llamaban ministras, pero todo cuanto descubrí era que seguían una superstición ciegamente.

Esto puede indicar el ministerio de las mujeres en la comunidad y su amplia participación de las actividades de la misma.

  1. Los propios habitantes de la región presentan listas anónimas delatando quienes era cristianos. Parece ser un choque cultural con los habitantes de la región.

§ En una de estas ocasiones, se me presento un documento anónimo, sin firma, en el que aparecían los nombres de muchas personas.

Respuesta de trajano:

  1. Se debe enjuiciar a los cristianos solo si hay una denuncia concreta en su contra y si esta no es anónima.
  • [...] en cuanto a las acusaciones que han sido públicamente expuestas por fuentes anónimas, no deben ser usadas como evidencia en ninguno de los procedimientos legales en contra de ellos. Porque esto no sería de acuerdo al espíritu de nuestra época y establecería un ejemplo muy peligroso que otros podrían seguir.
  1. Si el acusado declara no ser cristiano o esta dispuesto a dejar de hacerlo, acreditándolo.
  • […] con los honores a los dioses romanos, no debe ser castigado.

No es preciso salir en su búsqueda, pero si se les descubre y resulta que son culpables, deben ser condenados, con la siguiente excepción: a cualquiera que niegue que es cristiano y realmente lo demuestre, adorando a nuestros dioses, sea cual fuere su anterior participación, se le deberá conceder el perdón […]

Esta respuesta sienta la jurisprudencia que ha de regir durante todo el siglo II en las causas o procesos de los cristianos.

La duda estriba entre el quid y el quatenus, el qué y en qué medida haya de castigarse a un cristiano: ¿el nombre solo o los crímenes o infamias adherentes al nombre?

Trajano no deroga la ley de proscripción pero ve el cristianismo como un crimen sui generi, no se deben buscar pero si son delatados hay que castigarlos.

Las disposiciones capitales del rescripto de Trajano son éstas:

  1. No hay que ir a buscar a los cristianos, sino que sólo debe castigárselos cuando se ha formulado una denuncia, siempre que ésta no sea anónima.
  2. Si un acusado se declara dispuesto a dejar de ser cristiano, y lo acredita prestando honores a los dioses, en gracia a su cambio de opinión no debe imputársele su sospechoso pasado.

El primer punto está de acuerdo con el procedimiento penal romano. En aquel derecho no existía en absoluto la función del acusador público o fiscal. Por notorio que fuera un acto punible, el juez no venía obligado a enjuiciarlo ante su tribunal, si un tercero no elevaba una acusación. En consecuencia, la carga de la prueba incumbía al denunciante. Por consiguiente, lo que Trajano declara, es que los cristianos deben someterse al procedimiento penal corriente, sin que se deba proceder contra ellos por vía administrativa y con medidas policíacas. Con ello partía de la base de que el ser cristiano constituía un supuesto de hecho penal. En esto no hacía sino seguir la práctica judicial introducida en tiempos de Nerón.

Más importancia posee el segundo punto: un cristiano que abjure de su fe, debe ser absuelto. Es probable que con ello Trajano se propusiera dar una especial prueba de benignidad. Su disposición presupone un cierto conocimiento de la actitud cristiana. Un adorador de Júpiter que ofreciera un sacrificio a la Isis egipcia o se hiciera iniciar en los misterios eleusinos, no por ello dejaba de ser adorador de Júpiter. Trajano sabe que con los cristianos las cosas ocurren de modo distinto. Quien ejecuta una ceremonia religiosa no cristiana, abjura por este solo hecho del cristianismo.

Una carta de Plinio el Joven a Trajano. Testimonio del cristianismo primitivo [1]

El Autor:

Cayo Plinio Cecilio Segundo, en latín Caius Plinius Caecilius Secundus, (Como, Italia, 62 - Bitinia, 113 aprox.), conocido como Plinio el Joven, fue un abogado, escritor y científico de la antigua Roma.

Era sobrino de Plinio el Viejo, considerado como el mejor naturalista de la antigüedad. Siendo niño Plinio perdió a sus padres, quedando bajo la tutela de Virginio Rufo (un influyente general del ejército romano). Posteriormente fue adoptado por su tío Plinio el Viejo, quien lo mandó a estudiar a Roma, con profesores como Quintiliano y Nices Sacerdos. Comenzó la carrera de leyes a la edad de 19 años, creciendo su reputación en este campo muy rápidamente.

Plinio, siendo un hombre honesto y moderado, fue ascendiendo por el cursus honorum (cargos administrativos civiles y militares de la República):

  • Fue flamen Divi Augusti (sacerdote del culto al Emperador) en 81,
  • luego decemvir litibus iudicandis (algo equiparable a un juez de lo civil),
  • tribuno militar en Siria (donde conoció a los filósofos Artemidor y Eúfrates),
  • sevir equitum Romanorum (jefe de un escuadrón de caballería) en 84,
  • quaestor imperatoris y questor urbano entre 89 y 90.
  • Fue nombrado tribuno de la plebe en 91,
  • pretor en 93,
  • prefecto (primero de las finanzas del ejército y luego del templo de Saturno), y cónsul suffectus en 100.
  • Entró en el colegio de augures por elección, supervisor del río Tíber y finalmente
  • legatus (embajador) en el Imperio de Bitinia, donde se supone que murió.

Se puede decir que su carrera es un resumen de todos los cargos públicos más importantes en Roma, y en efecto Plinio contribuyó a la organización del Imperio en mucho de sus campos.

Plinio se casó en tres ocasiones, pero no tuvo ningún hijo. Sólo de su tercera mujer, Calpurnia, habla con cierta emoción en sus cartas. Era bastante rico y poseía algunas villas en Italia. Las dos que tuvo en su ciudad natal, Como, las llamó Tragedia y Comedia.

Cartas

Sus cartas son un testimonio único de la administración ordinaria del siglo primero. Su estilo es muy diferente de los usados en los panegíricos, afirmando algunos críticos que Plinio es el inventor de un nuevo género literario: la carta escrita para ser publicada.

En sus primeras cartas de juventud describe la erupción del monte Vesubio y la muerte de su tío y mentor, Plinio el Viejo, a causa de dicha erupción en el año 79. En su honor este tipo de erupciones se conocen como plínicas. Estas cartas estaban dirigidas a su amigo Tácito, que fue uno de los grandes historiadores romanos, para darle una visión cercana y certera de la muerte de su tío. Otras cartas famosas fueron las dirigidas a Septicio Claro, que son prácticamente poemas, las que se refieren a la erupción del Vesubio y las referentes a las villas y a la muerte de Marcial.

El único discurso que se conserva de él es su Panegiricus Trajani, descripción aduladora y enfática de la figura de Trajano, que es un instrumento valioso para estudiar diversas acciones que hizo este emperador en campos administrativos como impuestos, justicia, disciplina castrense y comercio. Plinio lo definía como un tratado sobre el gobernante perfecto.

Carta: X, 96

“Ha sido siempre mi costumbre pedir a mi señor que me de instrucciones acerca de aquellas cuestiones que no están claras porque nadie puede darme mejor consejo y guía sobre asuntos en los que yo no tengo previa experiencia. Puesto que nunca he participado en los juicios contra los cristianos, me gustaría saber por qué crímenes deben ser castigados, si debo investigarlos y hasta qué punto.

Tampoco tengo claro si debo tratar por igual a los jóvenes y a los ancianos o si debo discriminar sobre la base de la edad. Quisiera saber si debo perdonar a aquellos que han renunciado o si debo castigarles a pesar de que hayan dejado de ser cristianos, por causa de su relación pasada con el nombre o si hay ofensas concretas que deben ser castigadas.

En la actualidad, en aquellos casos que me han presentado de las personas que han sido acusadas de ser cristianas, he observado los siguientes procedimientos: En primer lugar, les he interrogado para averiguar si eran o no eran cristianos y a los que confesaban serlo, les he amenazado con un castigo, mientras soportaban un segundo y tercer interrogatorio después de los cuales, a aquellos que no renunciaban, ordenaba que se les ejecutase. Porque no tengo la menor duda en mi mente, que sea cual fuere la naturaleza de su evangelio, la testarudez y el desafío firme merecen ser castigados. Ha habido otros que afirmaron las mismas tonterías, pero debido a que eran ciudadanos romanos, he mandado que fuesen transportados a Roma.”

“Como sucede normalmente, debido a las investigaciones, comenzaron a extenderse muchas acusaciones y tuvieron lugar muchas pruebas muy penosas. En una de estas ocasiones, colocaron un documento anónimo en un lugar público, en el que aparecían los nombres de muchas personas. De entre ellas, aquellas que negaban ser cristianas o de haberlo sido con anterioridad, al ofrecer alabanza a nuestros dioses en las palabras que yo les había dictado, y con las oraciones trajeron incienso y vino ante la estatua de tu imagen, que yo había dado órdenes de que fuese colocada para este motivo con las demás estatuas de los dioses, y también maldijeron a Cristo, se dice que a los que son verdaderamente cristianos no se les puede obligar a hacer ninguna de estas cosas, de manera que dejé que se fuesen libres. Otros, que se encontraban en la lista de los informantes, admitieron ser cristianos, pero a continuación lo negaron, diciendo que hacía tres años que habían dejado de serlo, otros dijeron que habían dejado de serlo muchos años antes, algunos hasta hace veinte años. Todos ellos se inclinaron ante tu imagen y las estatuas de nuestros dioses y maldijeron a Cristo.

Todos estaban convencidos de que lo único que habían hecho mal en el pasado había sido reunirse en un día concreto de la semana, antes de que saliese el sol, para cantar himnos a

Cristo, como a un dios, y comprometerse a no cometer crímenes, sino mas bien abstenerse de cometer fraude, robo, adulterio, dar falsos informes y guardar su palabra cuando se les

demandase que lo hiciesen. Después, se convirtió en su tradición marcharse y volverse a reunir mas adelante para comer juntos, una comida ordinaria e inocente. Dijeron que incluso habían dejado de realizar estas acciones después de mi edicto, según el cual y conforme a sus instrucciones, he prohibido todas las reuniones políticas. Con el propósito de averiguar la verdad acerca de este movimiento, decidí torturar a dos esclavas, a las que llamaban ministras, pero todo cuanto descubrí era que seguían una superstición ciegamente.

Por lo tanto, decidí cesar las investigaciones y esperar sus instrucciones. Debido al gran número de personas involucradas, consideré que lo mejor era pedirle a usted consejo, teniendo en cuenta que todos los miembros de nuestra sociedad se verán afectados, sea cual sea su edad, su condición y género.

Esta superstición se ha extendido como la peste en nuestras ciudades, pueblos y granjas, pero a mi me da la impresión de que se puede detener e incluso curar. También es evidente que los templos, que anteriormente habían permanecido desiertos, han comenzado ahora a ser visitados de nuevo y que las ceremonias religiosas, que en el pasado habían quedado olvidadas, están ahora empezando de nuevo. En muchos distritos están comprando animales para los sacrificios, donde con anterioridad no hubo necesidad. Por lo tanto, puedo imaginarme un tiempo en que las multitudes se reformarán, si tan solo se les da la oportunidad para que lo hagan.

LA APOCALÍPTICA

Hoy nos involucra el análisis de la apocalíptica[1], mas específicamente trataremos de observar como surge (en este punto no nos detendremos sobre fechas sino sobre el cambio cualitativo que ocurre) y cuales son sus características.

Para empezar debemos diferenciar la apocalíptica de la escatología y de la profética, con esto no queremos decir que una sea superior a la otra o que una haya surgido independientemente de las demás, sin embargo, es necesario notar que las tres aunque tengan una relación directa poseen diferencias profundas como lo veremos en el auge de la apocalíptica a finales del siglo I A.N.E y principios del II D.N.E.

La escatología proviene del griego eskhaton, fin último. Es un termino que designa en el ámbito teológico las realidades últimas de la vida del hombre, es decir, la muerte y la vida del mas allá en sus diferentes posibilidades; de esta forma podemos entender por escatología “la esperanza de una acción futura y definitiva de Dios a favor de su pueblo” [2]. Los elementos futura y definitiva, son requeridos como componentes esenciales para que se pueda hablar de esperanza escatológica. La escatología se enraíza esencialmente en los libros proféticos. El diseño básico de la escatología según González Lamadrid consta de tres factores: primero una conciencia aguda de que el Dios de Israel a actuado en el pasado a favor de su pueblo, segundo la constatación de que Israel no ha respondido convenientemente a esa acción liberadora de Dios y de que, en consecuencia, el castigo, del que ha sido objeto, se lo ha ganado y tercero la convicción de que el Dios de Israel, a pesar de su pecado actuara en el futuro de forma definitiva a favor de su pueblo.

La apocalíptica comparte estos elementos pero va más allá, fenómeno que luego revisaremos. Ahora veamos la profética.

La profética se desarrolla según Pablo Richard[3] en un mundo organizado, dentro del cual el profeta proclama la palabra de Dios. En la historia de Israel el movimiento profético clásico se desarrolla alrededor del año 586. Antes de esta fecha el pueblo posee la tierra, tiene una monarquía y una clase dirigente, existe la capital, hay templo y culto. Dentro de este contexto actúa el profeta; un hombre de Dios inmerso en el mundo político y religioso de su época que busca realizar el plan de Dios en ese mundo. En el 586 todo ese mundo se derrumba e Israel queda sin referencia económica política, cultural o religiosa. En ese instante surge la apocalíptica.

Surgimiento de la apocalíptica:

Como ya lo dijimos la apocalíptica comparte sus elementos con la escatología pero va más allá; es decir, la apocalíptica toma de la escatología sus principios y los relee interpretándolos según sus necesidades, de esta forma, la apocalíptica usa la conciencia de que el Dios de Israel, a pesar de su pecado actuara en el futuro de forma definitiva a favor de su pueblo, para formular una esperanza que vaya mas allá de lo dicho y que logre satisfacer los nuevos desafíos que el contexto inmediato presenta.

La profética esta en medio de todo este reinterpretar que lleva a cabo la apocalíptica, pues ésta nace en medio de ese venirse abajo del mundo organizado y escatológicamente estable, que había perdurado hasta el 586. “Nace cuando el creyente de esta sociedad es excluido del mundo organizado y arrojado al caos de la marginalidad”[4]; Es por esto que tenemos apocalíptica escatológica y profética permeando todos los periodos de la apocalíptica.

Lo apocalíptico busca reconstruir la conciencia, para hacer posible la reconstrucción de un mundo diferente. Para lograrlo crea símbolos y mitos nuevos que posibilitan la reconstrucción de la sociedad perdida. La apocalíptica entonces, condena el orden existente y anuncia la construcción de otro mundo, y mientras el profeta busca realizar el pan de Dios en el mundo. El apocalíptico reconstruye el plan de Dios en el interior del hombre; en una realidad más allá de la física, donde lo material adquiere otro valor y la identidad esta puesta en lo no perecedero “en las conciencias”.

Podríamos decir que la apocalíptica tiene dos momentos[5]: un primer momento es su periodo después del exilio.

En le 538 la élite israelí exiliada a Babilonia regresa a palestina y nace un movimiento de reforma con una escatología y un mundo simbólico apocalíptico que tendrá dos tendencias contrarias: una dominante hierocrática (sacerdotal, sadoquita) inspirada en Ezequiel que busca la reconstrucción del pueblo desde la reconstrucción del templo y su culto, creando un universo simbólico propio contrario al mundo imperial persa, que al final queda convertido en un movimiento de control social (Esdras, Nehemías y Crónicas) y otra profético-popular, inspirada en la escatología apocalíptica del Deutero-Isaías, que Busca la reconstrucción fundamentalmente a través del pueblo mismo y no de estructuras jerárquicas.

Un segundo momento de la apocalíptica es el que va desde Daniel hasta Apocalipsis; estos dos libros son los únicos apocalípticos que entraron en el canon, aunque no desconocemos que existen porciones dentro de todo el 1er Testamento que bien podrían considerarse apocalípticas. Estos dos libros son el horizonte histórico de tres siglo; Daniel compuesto entre el 167-164 A.N.E y Apocalipsis, entre el 90-96 D.N.E.

En muchas ocasiones el apocalipsis aparece como un libro aislado del canon, sin embargo, al reconstruir la historia y la literatura apocalíptica entre este libro y Daniel observamos que el apocalipsis encuentra su verdadero lugar y significado histórico. Ese contexto se hace más claro si en su interior situamos el movimiento de Jesús y de la iglesia apostólica.

Reconociendo el carácter histórico que nos presenta la apocalíptica. Podemos valorarla como ciencia de la historia en cuanto que es una práctica significativa de la escritura y una producción “bíblica” original. Para la apocalíptica, la historia no es únicamente una serie de acontecimientos, sino una totalidad, un proceso unificado que comienza con Adán o con los imperios mundiales nacidos del caos primordial y que encuentra su fin en un acto decisivo que restablece al mundo en sus comienzos. Nos encontramos en presencia de una cierta concepción mítica del tiempo: el comienzo y el fin se unen, confundiéndose en un lugar teórico (mítico) en el que todo comienza, mientras todo acaba. Esta es la base de la célebre oposición de los apocalipsis, tanto judíos como cristianos, entre “este mundo” (ha aion outos) y “el mundo futuro” (ha aion mellon). No se trata de reemplazar el primero por el segundo, sino del acto que, en la historia cósmica, puede designar al mundo como vivo, porque, efectivamente, nace de nuevo. Partiendo de la muerte del mundo (este mundo) como condición de la aparición de un mundo (el mundo futuro), la teoría histórica del apocalipsis asegura la historicidad, y por tanto, la vida del mundo.

A esta teorización pusieron llegar los apocalípticos echando mano a todo un conjunto cultural de origen griego y sobre todo oriental. Por ello, se habla generalmente de “influencias extranjeras” a las que se da una importancia decisiva en la aparición y desarrollo de la literatura apocalíptica. Algunos han hablado incluso de un baño re-mitificador de la “escatología” israelita, del que habría nacido la apocalíptica. Esta es la raíz de la afirmación de S. B. FROST[6]: “Lo que nosotros llamamos generalmente apocalíptica es el fruto de la fusión del mito y de la escatología. De hecho, podemos definir la apocalíptica, como la mitologización de la escatología”. Es cierto que se encuentran bastantes huellas de concepciones babilónicas, persas y griegas en todas las obras apocalípticas (función e importancia de la angelología y de la demonología, que constituyen ciertamente una característica realmente oriental).

No podemos olvidar que las conquistas de Alejandro Magno 323 A.N.E. facilitaron grandemente la ósmosis cultural entre el oriente y el occidente. Helenizando el oriente y orientalizando el occidente. La situación geográfica de Palestina, situada entre ambos bloques, Egipto y el Mediterráneo por un lado y Siria con las tierras de oriente por otro, favorecía grandemente la influencia de todas estas corrientes en el mundo judío palestino. Da cuenta de esto el texto apocalíptico 4to Libro de Esdras. De todas maneras, la tesis de J. B. FROST debe ser evaluada y comprendida teniendo en cuenta la función global de los elementos míticos integrados en la teoría apocalíptica de la historia; de hecho, todo lo que habíamos dicho precedentemente nos había puesto ya sobre la pista. En efecto, si se la considera desde otro punto de vista diferente, podríamos llegar a considerar la literatura apocalíptica como algo no tradicional e incluso marginal en el judaísmo; muchos ya lo han hecho y, a nuestro entender, erróneamente. En efecto, los libros apocalípticos son profundamente judíos; más aún, representan, en gran parte, la producción literaria propiamente dicha del judaísmo de los dos siglos antes de Cristo y del primero de la era cristiana. Por otra parte, algunos de ellos como ya señalamos entraron a formar parte rápidamente del canon de las escrituras, incluso entre los judíos.

La apocalíptica se desarrolla a través de la literatura llegando a ser considerada un género literario al mismo nivel que el género evangelio. A continuación exponemos algunas de las características más sobresalientes de la apocalíptica como literatura[7]. Alejandro Díez Macho en su libro Los Apócrifos del Antiguo Testamento, Tomo I, las desarrolla de la siguiente manera:

1. Características del lenguaje: repetitivo, largos discursos, predominio de cifras y listas, simbolismo de los números; aves, bestias, dragones simbólicos.

2. Características estructurales: no se menciona el autor de la obre (El apocalipsis de Juan es una excepción); el discurso se pone en boca de un personaje de la antigüedad (Noé, Lamec, Henoc) o, al menos, de tiempos bíblicos exilicos (Baruc, Daniel, Esdras): el héroe es trasportado la cielo donde se le muestran los misterios que se le han de explicar después; el interprete es con frecuencia un ángel; el visionario queda perturbado, se desvanece, cae sobre su rostro, etc.

3. Contenido narrativo: a menudo aparece un hilo narrativo nuevo de largas secuencias históricas, generalmente en formas simbólicas cripticas, en el que animales en lucha simbolizan las disputas de los hombres; hay descripciones de los cielos, vientos, de extrañas montañas, del árbol de la vida.

4. Doctrinas: conciernen a la resurrección, la proximidad del nuevo eón, la gran crisis que se cierne sobre la historia del mundo.

Hay que notar también que la apocalíptica puede ser histórica, si afecta la historia humana, lo cual la apocalíptica contiene en abundancia y cósmica si se refiere al cosmos, que también es abundante en la apocalíptica.

Finalmente podemos darnos cuenta que la apocalíptica abre todo un campo a la interpretación de los textos del 1er y 2do Testamento al igual que a los textos del Intertestamento. Desconocer la apocalíptica sería desconocer el contexto real de muchos de los textos que dan origen a un sinfín de doctrinas presentes en los libros canónicos. La apocalíptica nos trae luz sobre las tensiones entre los pueblos y sus gobiernos, el poder religioso y político, los radicales y los no radicales, etc. Para alguien que se precie de ser un conocedor de las escrituras canonícas la compresión de la apocalíptica como algo mas que un simple lenguaje simbólico con una profunda carga de misticismo religioso escatológico, le representará un herramienta útil a la hora de presentar dichos textos en contextos contemporáneos.

Esperemos que con este breve bosquejo los que aguardan los 7 ángeles y las 7 trompetas del Apocalipsis, puedan “reconstruir” la realidad de este texto sin desconocer la historia alrededor de él y dejen de ver en la literatura apocalíptica “el designio del fin de los tiempos”. Aunque se que esto es mucho pedir teniendo en cuenta que este tipo de interpretación desconocedora de su contexto es la que produce miedo en las comunidades y permite el control por parte de algunos lideres religiosos.

Bibliografía

§ ANDRE, Paul, Intertestamento, Verbo Divino, España. 1978

§ ARANDA PÉREZ, Gonzalo; GARCÍA MARTÍNEZ, Florentino y PÉREZ FERNÁNDEZ, M., Literatura judía intertestamentaria, Estella, EVD, 1996

§ C. LAMADRID GONZÁLEZ, Historia, Narrativa, Apocalíptica, Verbo Divino, Estella, 2000

§ RICHARD, Pablo, Apocalipsis, Reconstrucción de la Esperanza, DEI. San José, Costa Rica, 1994

§ TREVIJANO ETCHEVERRÍA, Ramón, “La Biblia en el cristianismo antigüo, prenicenos, gnósticos, apócrifos, Estella, EVD, 2001.


[1] No pretendo ser exhaustivo, ni agotar contenidos; solo propongo una revisión del tema teniendo en cuenta algunos elementos que puedan ayudar a comprender la apocalíptica como un fenómeno mas cercano, que ayudo en la configuración de las realidades teológicas que hoy practicamos.

[2] A. González Lamadrid, Historia, Narrativa, Apocalíptica, Verbo Divino, Estella, 2000, Pág. 260.

[3] Pablo Richard, Apocalipsis, Reconstrucción de la Esperanza, DEI. San José, Costa Rica, 1994, pág. 22.

[4] Ibid, pág. 21.

[5] Puede verse mas momentos, sin embargo distinguimos dos como referentes, aunque estos se pueden subdividir dando lugar a otros mas.

[6] Paul Andre, Intertestamento, Verbo Divino, España. 1978, Pág. 46.

[7] No ignoramos las características teológicas como: la trascendencia, el dualismo, el determinismo, libertad y responsabilidad, historia y mitología, ángeles y demonios, y resurrección. Para mas información sobre estas características consúltese la Obra de A. González Lamadrid, Historia, Narrativa, Apocalíptica, Verbo Divino, Estella, 2000, Págs. 266 ss.

Anne Stickel: teología y arte

Las imágenes no tienen una interpretación "verdadera", si tan solo puliéramos trasladar esto a otros contextos.

Anne

Anne

El mar

El Mar

Caminando América Latina 

caminando_america_latina_20x30

...

img003

Lejos del arca

lejos del arca

Tropierra

tropierra

Aquí solo algunas de las teologías de Anne, esas que compone junto al otro y la otra, esas que me motivan a pensar.

Carta de David Montealegre a los talleristas del curso de lectura popular de la Biblia del DEI (departamento ecuménico de investigaciones)

La carta a continuación esta escrita según el esquema epistolar paulino, aunque su teología no lo sea. quise conservar el vosotros para darle ese carácter "sacro" al que muchos están acostumbrados, no obstante, hoy sería ustedes en vez de vosotros. Aunque no use el nosotros me pongo en el mismo lugar de mis destinatarios.

Capítulo 1

1David siervo del Dios y Diosa de la V ida en quien tenemos esperanza de una vida plena y un presente feliz, 2llamado al servicio de la cultura y el pluralismo religioso, 3a la hermana Yadira sierva e hija de la gran ruta, compañera de lágrimas y risas con quien el gozo de la verdad en duda pude compartir 4y a los amigos y hermanos talleristas del curso intensivo de lectura popular de la Biblia del DEI, gracia y paz. ­­­5Doy gracias a mi Dios, por el amor fraterno del que fui testigo estando entre vosotros,6por las muchas ocasiones en las que me demostrasteis con vuestras experiencias que la ruta de la vida en la que militamos es en ocasiones dolorosa, 7pero siempre de mucha satisfacción, al saberse parte del proceso de construcción de una nueva humanidad. Os escribo con el corazón constreñido pidiéndoos que no olvidéis que somos un solo cuerpo, 8un instrumento de la Divinidad, de nuestras culturas y tradiciones, 9que unido en el vínculo del amor trabaja en la búsqueda de la verdad y de la vida abundante para nuestros pueblos. 10Queridos hermanos os exhorto a esforzaos como el agua que esculpe la roca, no descanséis de hacer el bien 11y de ver en el otro y la otra uno igual a vosotros, 12deteneos y mirad vuestras manos porque a vosotros os parece que ellas no son suficiente para la labor que hoy os desafía, 13pero la verdad es que esas no son vuestras manos sino, las manos de muchos que silenciados han callado bajo el miedo de las instituciones religiosas, 14por las cuales como sabéis he sido tenido en poco y por loco, 15no obstante, la vida allí en medio de la institucionalidad ha dado testimonio de mi llamamiento. 16Vuestras manos representan todos aquellos rostros de los que buscan una respuesta a la injusticia, la pobreza, el dolor, el abandono y el rechazo; 17ellos hoy gimen en vosotros como la creación por una redención. 18Alguno de vosotros dirá: cómo llevaré a cabo esta labor si vivo tan lejos y no tengo lo suficiente para lograrlo; 19a lo cual queridos hermanos os respondo: ¿Cuándo habéis tenido lo suficiente para la labor a favor de la vida? ¿Acaso no habéis luchado con las uñas desde que comenzasteis esta gran ruta? 20No temáis ahora que vuestros ojos se abrieron a la comprensión del misterio de la vida y del uso apropiado de las escrituras, 21ahora que vuestras miradas han sido afiladas para observar lo escondido de los textos, lo invisible, lo que no es evidente, lo silenciado. 22Caminad hermanos que vuestro paso no se detenga y que vuestro actuar refleje al Dios de los pueblos a los que pertenecéis.

Capítulo 2

1No quiero que ignoréis el dialogo intercultural e intereligioso el cual cuesta comprender por su diversidad, 2pues os digo que viene días en los que hablar de la verdad absoluta hará correr de miedo a sus proclamadores, 3tiempos en los que la que da a luz invocara el sabio o la sabia de su comunidad e impedirá los sacramentos impuestos a su cultura y religión, 4vendrán días en que la pregunta por Dios no será hecha más, 5y habrá una nueva pregunta que será por la vida y la paz de una humanidad que destruye la rama sobre la que esta sentada. 7Mirad los niños y aprended de ellos, 6mas interculturales y ecuménicos que ellos no hay, 7despojaos de vuestros prejuicios y mirad hacia adelante, 8no como viendo un futuro que no llega sino, como el que ve la respuesta venir mientras camina. 9A Dios nadie lo ha visto jamás, pero os aseguro que así es mejor, 10el misterio se mantiene y nadie se adueña de él ni de sus revelaciones a los pueblos. 11Finalmente saludadme especialmente a Elsa, Tirsa, Pablo, Silvia, 12amigos y maestros de la gran ruta, 13no me olvido de la risa de Dionela, a ella dadle un abrazo de mi parte. 14Cuando vengáis a Buenos Aires traedme plátano verde al cual no tengo acceso en esta tierra extranjera. 15La pluriforme gracia de Dios, su manifestación plural a las culturas, la hermanad, vida y amor fraterno os guíen en esta labor de vida.16Salud a todos y todas. Amen.

SILPB2008

La imagen es de la teóloga y artista Anne Stickel quien no tiene reparo en ver la realidad desde diversos ojos. Éste dibujo al igual que la carta es la síntesis de un mes entre Biblia y humanidad.

 

 

Hacia El

  • No conozco tu rostro, pero he visto cientos de ellos, en mis hermanos.
  • No conozco tus manos, pero he visto como tocas.
  • No conozco tus huellas, pero he seguido tus pasos.
  • No conozco tu voz, pero te he visto gritar en medio de mi pueblo.
  • No se quien eres increíble misterio, pero me asombran tus formas, tus luces y oscuridades.
  • Sálvame de no ver el dolor del otro y la otra.
  • Sálvame de no sentir el dolor del otro y la otra.
  • Sálvame de estar y no ser.
  • Sálveme de mi idea de ti.
  • Sálveme de hacerte una casa que no sea mi vida.
  • Sálvame de creerte verdad en mi iglesia.
  • Sálvame de creerte definible.
  • Sálvame de perder la memoria sobre el dolor de mi pueblo.
  • Sálvame de perder el gozo de verte en medio del llanto de los niños sin madre.
  • Sálvame de creer que tengo razón.
  • Quiero elegir un día para mi muerte, tú elegiste uno para la tuya.
  • No hay libertad más grande que saberse libre para vivir.
  • No hay libertad más grande que reconocerse igual al otro y la otra.
  • No hay libertad más grande que saberse débil ante el silencio del rostro del sufrimiento.
  • No hay libertad más grande que observarse en medio de la duda.
  • No hay libertad más grande que abrir los ojos y ver los montes de mi tierra ahora bañados en sangre que esperan que la lluvia de justicia los bañe de cristalino perdón.
  • Líbrame de no amar hasta el dolor.

Sin el velo de los “santos”

Unos mendigan al pie de la cruz, mientras otros ofertan un evangelio vacio de sentido cristiano, pero lleno de mercantilismo “evangélico”. ¿Será acaso muy difícil reconocer que el ser humano es mas que manos levantadas en medio de cuatro paredes, bajo los gritos silenciosos del dolor de un amen? ¿Qué esperamos del futuro si esta “iglesia” no logra entender que la vida es más que respirar y que el hambre no se pasa entregando mercados a los pobres? Me canse de ver sufrir a mi pueblo, de verlo llorar bajo las promesas de una vida mejor en el mas allá, mas allá que no llega nunca y que a lo único que ayuda es a ver en el suicidio una posibilidad de cercanía con un Dios o un Diablo, que al fin y al cabo en su universo intangible ofrece la libertad, que aquí la llamada iglesia nunca les pudo dar. Ofrezco disculpas (como si las tuviera que dar) a los que no reconocen en mi tono un llamado a la conciencia de VIDA. A los que ven en este post algún tipo de resentimiento, les invito a pensarse, si es que logran hacerlo sin el diccionario de L. Berkhof. Nauseas, es lo que me producen aquellos “teologuitos” que no hacen otra cosa que pasarse la vida mirando si evangelizan diciendo Cristo te ama o haciendo la oración de fe. Aquellos que invitan al cielo bajo la excusa del infierno. Conozco el dolor del abuso eclesial, se de la pasión de los que servimos a un Dios mas grande que el de la “sana doctrina”; es por esto, que no puedo dejar de reconocer, que la cruz no es un símbolo de paz, sino de reconstrucción social, de humanidad y dignidad y que sin esto dentro de una comunidad eclesial no existe el más mínimo indicio de evangelio. Pobres nosotros los que pensamos que Dios no tiene propósitos, los que creemos que la ecuación de la vida es mas amplia que cielo + infierno, pobres nosotros los de labios inmundos, que no podemos callar la indignación ante el abuso de poder de los jerarcas de nuestras comunidades, pobres nosotros los de manos impías, que no somos capaces de reconcomer los lugares sagrados para honrarlos en actitud idolátrica. Al parecer el “infierno” nos espera, no obstante, allí espero encontrarme al “cristiano (a)” que ante el cuestionamiento de su fe se sumergió en la “verdad” de las “escrituras” para no perder su Statu quo. Si alguno puede decir con migo la frase de Jesús “mujer, tu fe te ha salvado”. Le doy la bienvenida al grupo de los “malos”, advirtiéndole que es el nacimiento el que nos da conciencia de muerte. Posdata: luego desarrollaré la primera frase de éste post.

Thinking Blogger Award

Qué decir, he sido incluido por mi apreciada Gaby en su lista de los Thinking Blogger Award. No sé si considerarlo un premio, un llamado al compromiso, o las dos cosas; de todas formas, gracias, de esas gracias que el corazón da, aunque muy pocos puedan ver. Gracias a la monjita que conocí un año atrás, que me invito con su discurso a construir una reflexión teológica que no duerme en los laureles del conformismo y que dejas sus huellas en la fría nieve de los fundamentalistas y en el árido desierto de los liberales. Lejos de querer escribir un discurso emocional de agradecimiento a mí amiga, escribo para todos aquellos de que una u otra manera ven en este espacio de Critica Con Sentido una opción para dejar de ser cristianos mimetizados sin horizontes serios de reflexión teológica, bíblica e histórica y desean conocer un Dios que traspasa la barrera de la hipocresía y la mediocridad del conocimiento y que se acerca a cada uno de nosotros de forma sincera y sin mediaciones doctrinables de discipulados opresivos y desleales al evangelio: Jesucristo.

Incluyo entonces en mi lista un solo blog, no por que no haya más sino por lo que representa para mi “la mala del paseo", esa que con sus escritos hace de este mundo del blog una realidad interesante salida de discusiones sobre lo malo y lo bueno.

Thinking para Monja Guerrillera (la que no quiere ser “viuda de los sistemas eclesiásticos” y que escribe para: “mis hermanos los gays, los adictos, las prostitutas, los presos, los divorciados, los alcohólicos, los violentos, los enfermos con cualquier enfermedad, los torturados de sí mismos, los descartados, los postergados, los malditos, los inmorales, los repugnantes, los desesperados con la desesperanza que les predicó la iglesia santa. Para los pecadores de cualquier pecado. Para mis hermanos los humillados existenciales, los humillados de carne y hueso, los humillados de espíritu. Los humillados sin máscara”)