TRASCENDENTE Y DIVERSO

¿Qué es Dios?, ¿quién es Dios? Preguntas milenarias respuestas múltiples, me acerco a una: el límite de las preguntas, la causa de las respuestas, la misma lógica inexplicable que envuelve en un velo oscuro la interdimencionalidad del ser; es decir, lo que hace que el ser y sus dimensiones puedan ser. Lo que convierte al ser en lo que es. De cara a este asunto Dios se me presenta no como ser, ni como existencia, sino, como razón y confusión; al hacerlo, me hace volver los ojos a su relación y acción con mi raza, y preguntar ¿qué es hacer posible su conocimiento y entendimiento al hombre? no obstante, entre más indago y reviso las respuestas actuales mi insatisfacción se hace más evidente. Pregunto entonces ¿Cuál es el lugar del teólogo al hacer una teología que responda a dicha cuestión?; ¿Dios, el pueblo, la experiencia, la Biblia, cuál? Dios finalmente es para el teólogo una pregunta que se acerca a su respuesta y cada vez que lo hace se difumina más, “el in-definible, el i-limitable: una realidad literalmente invisible, inconmensurable, inaprehensible, infinita. Es más: Dios no es una dimensión de nuestra realidad pluridimensional sino que es la dimensión "infinito"(1). A los que preguntan por qué hago teología, respondo: no es porqué crea que tengo las respuestas. No, claro que no. Es porque tengo las preguntas a las que ella dice tener las respuestas. Ser teólogo entonces es para mí: conflicto con la existencia, duda y ensimismamiento, pasión y soledad, Dios y Satanás, razón, sentimiento y sinsentido. Por tanto, admito que no soy teólogo porque lo entienda (a Dios), soy teólogo porque lo desconozco. De esta forma me doy cuenta que mi Dios no es el cristiano, ni el musulmán, ni el hindú, mucho menos el budista y tampoco el hebreo, sin embargo, es la suma de estos y muchos más. De esta manera me acerco a su mismidad y al hacerlo me descubro. ¡Soy cristiano pero mi Dios no lo es! Algunos preguntarán cómo es posible esto?; a lo que contesto: basta con mirar las culturas y los pueblos, sólo un Dios que es absolutamente plural en su esencia y manifestación puede crear una raza que sea capaz de conocerlo y relacionarse con él desde su diversidad. Con esto pretendo que aquellos a los que le causa molestia mi visión de la teología y de Dios reflexionen e incluyan a los “otros pueblos”, ya no como aquellos “perdidos” sino, como aquellos a quienes Dios también se dirige, manifiesta y autorevela sin que yo necesariamente sea parte de este proceso; así, creo que construir un mundo en donde exista una realidad más humana puede ser posible. Un mundo en donde el que posee la verdad. “Fenómeno Plural” sea capaz de convivir con otros que también la tienen. Ser teólogo (a) y hacer teología, se trata entonces de reconocer al hombre como HOMBRE, es decir, a la humanidad como HUMANA, ver al otro como igual y no como el excluido y extranjero a los meandros de lo divino. Por último; si nuestra labor como teólogos (as) no es la voluntad de Dios (HUMANIDAD) y potencialización del ser no sé entonces qué clase de evangelio predicó Jesús. _________________________________ 1. KÜNG Hans. Credo. Ed. Trotta, pág. 18.