¿PARA QUÉ ESTUDIO FILOSOFÍA?

Nota: aunque soy teólogo mi interés por la filosofía no es desconocido. A continuación una reflexión al respecto. Me propongo desafiar mi razón a través de un proceso reflexivo en que mis pasiones, preguntas y respuestas sean exteriorizadas a través del presente texto, buscando contestar de forma clara y precisa la pregunta formulada. Comenzaré mencionando qué es filosofía, empresa compleja pero necesaria para entender mi razonamiento. Posteriormente, enunciaré la tesis de mí argumento que posibilita la respuesta a la pregunta planteada y, finalmente, concluiré con aquello que surge una vez hecho este ejercicio: una nueva pregunta. Entiendo por filosofía lo que según Aristóteles es la ciencia que conoce por conocer. La más elevada de todas las ciencias porque se esfuerza por conocer lo cognoscible por excelencia, es decir, los primeros principios o causas, por eso es metafísica o filosofía primera. Es la ciencia del ser en cuanto ser, la ciencia que puede llamarse, según el filósofo, la Verdad. Así, Aristóteles me permite responder que no estudio filosofía para saber leer, preguntar, reflexionar, mucho menos para satisfacer las necesidades de una sociedad que espera gente “pensante”. Estudio para mí, para mi placer, para mi gusto y angustia, para mi satisfacción y para conocer ese otro que soy yo, (las cosas primeras) ese que desconoce el mundo en el que ha sido puesto. Aquí no importa la pregunta, importa mi respuesta. Es un problema ontológico donde mi yo se encuentra frente a su otro yo, como lo diría Ricoeur “yo mismo como otro”. Esto se ilustra en ese extraño sentido que tienen todos los seres humanos de saber que las cosas que son, pudieron no haber sido así, sino, de otra forma. Advierto entonces, que al igual que la hora es al tiempo, es el hombre a la filosofía. Entonces, surge la metáfora, el hombre es filosofía. Ejemplo tenemos en Sócrates, quien pese a todas las reconvenciones de sus amigos decidió morir por la verdad, la filosofía, al no poder dejar de ser para actuar. De esta forma, se constituye para mí en un problema ontológico. No obstante, soy conciente que mi respuesta tal vez sea poco común, aun así, al expresarla reconozco en este ¿para qué? una pregunta decisiva a la hora de mi quehacer filosófico, y como consecuencia, se construye en mí ese otro que soy yo. Estudio filosofía entonces, por el placer de ser y conocer lo cognoscible entendiéndome en medio de un problema ontológico. Finalmente, si todo lo que he dicho es cierto, ¿qué ocurre para que se piense que la filosofía no es un autodescubrirse humano?