Sobre como la Religiosidad configura lo verdadero

ENTREGA 2 1ro. ¿A que nos referimos con religiosidad? Llamaremos religiosidad a aquella practica de lo religioso(3)del hombre cualquiera que esta sea que se encuentra tejida a través de las creencias y experiencia religiosas(4), místicas o no, de los individuos que de ella participan; esto es evidente en la historia de las religiones (tipos de religiosidad en medio de una misma religión) Teniendo en cuenta la diversidad de las practicas religiosas, clasificar de forma taxonómica sus características sería un fracaso, no obstante, podemos decir que la religiosidad posee una característica fundamental y común a todas las religiones o creencias religiosas: se trata de un comportamiento peculiar que genera en el sujeto religioso que no se circunscribe al campo de la ética, sino, que repercute en la interpretación de la realidad y en el modo de entenderse de éste; es decir, la religiosidad tiene la capacidad de modificar tanto el comportamiento del sujeto religioso (persona religiosa) como su visión de la realidad. Sin embargo en este proceso juega un papel fundamental el ser religioso del hombre. La tendencia innata que posee todo ser humano a buscar lo trascendente, ésta actitud religiosa resalta mucho más en contraste con la “irreligiosidad” de la sociedad actual. Los especialistas en temas religiosos están de acuerdo en afirmar que el no creyente de hoy no responde a una postura primigenia y originaria del ser humano. Es más bien un estado derivado, resultado de un largo proceso de desacralización en el que han ido desapareciendo el sentido y el aprecio de lo sobrenatural. Por eso resulta imposible encontrar un sujeto arreligioso en estado puro. Quedan siempre reminiscencias, nostalgias o fobias que dan muestras inequívocas de una conciencia religiosa original. Los mismos síntomas que acompañan a nuestra sociedad denotan en los hombres y mujeres que se declaran no creyentes la persistencia afianzada de un deseo de “algo” o de “alguien” que los proyecte más allá de su duración histórica y los instale en un ámbito de realidad donde queden satisfechos todos sus deseos fundamentales. Sucedáneos(5)de la religiosidad perdida y añorada pueden ser, entre otros, determinadas expresiones literarias y artísticas y hasta ciertas modalidades de la lucha social y política. El hombre como ser religioso se caracteriza inicialmente por su “búsqueda de sentido” puesto que no toma como definitiva la vida que se le ha dado, sino que indaga desde ella un valor supremo, término de toda investigación y última palabra. Y finalmente por su “fidelidad a lo encontrado”, porque en él se halla la salvación, esto es, una vida completamente nueva o recreación sin defecto. Según hemos dicho, el hombre es un ser religioso por naturaleza que practica la religiosidad, ante esta afirmación preguntamos ¿puede esto suceder en cualquier espacio, o es necesario uno en particular? La respuesta puede parecer obvia pero no es así, no se trata de cualquier espacio, sino de uno en el que hombre y religiosidad puedan interactuar libremente y en el que su búsqueda de sentido pueda suplirse. Este espacio se llama religión. Todo el que estudia la historia de la humanidad comprobara sin dificultad dos hechos: que las religiones se han dado en todo tiempo y en todas partes del mundo, y que no existe una sola sino muchas religiones (pluralismo religioso). Es más, analizando la religión se verá que ésta lleva en sí cierta dinámica de cambio, a la cual se debe que surjan siempre nuevas religiones, que las ya existentes cambien de lugar geográfico o incluso desaparezcan para dar sitio a otras, sin que se dé nunca un "vacío" religioso(6), es decir épocas o regiones habitadas que carezcan de toda religión. La religión se puede describir en su origen y por lo que representa como hecho antropológico, pero todo intento de definirla adecuadamente resulta inútil. A ella podría aplicarse la respuesta de San Agustín cuando alguien le pidió definir el tiempo: “yo sabía lo que es, hasta cuándo me pediste que le explicara”. El término religión es análogo, aunque no equívoco, y presenta problemas, ya que debe incluir prácticamente toda opción, desde la creencia en muchos Dioses, o en una sola divinidad impersonal, hasta la creencia en un solo Dios personal, incluso el rechazo de toda creencia en Dios (en el budismo antiguo). Ya en 1902 el psicólogo americano James Leuba podría contar 48 definiciones distintas, y en su opinión todas deficientes; hoy existen más de 200. La filosofía de la religión, a la cual toca la tarea de definirla, sólo puede decir que la religión tiene que ver siempre con una experiencia de “encuentro con lo divino”. La fenomenología, en cambio, puede describir las distintas etapas en que la religión se ha manifestado en la historia desde la “creencia en el gran espíritu” de los animales, las aguas, los árboles, etapa propia los pueblos cazadores agrícolas, el “culto de los muertos”, convertidos en seres sobrehumanos protectores integrantes del orden social, que es la segunda etapa, hasta la creación del “mito”. Por tanto la definición que queremos conservar es la de Émile Durkheim(8): “una religión es un sistema solidario de creencias y prácticas relativas a cosas sagradas, es decir, separadas, prohibidas, creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos los que se adhieren a ella” pero ¿son todas ellas verdaderas o autenticas?, este pregunta abre la discusión por lo verdadero de la que nos ocuparemos a continuación. _____________________________________________ 3. Entiéndase como la estructura de la conciencia humana basada en la relación con lo sagrado (realidad trascendente). No se trata de un estadio más de la humanidad, sino de un constituyente de la conciencia humana. Explicar desde fuera tal experiencia se presenta como tarea imposible, pues no podría dar cuenta de su verdadera razón de ser. La comprensión de lo religioso implica la aceptación de su propia significación: lo sagrado es la dimensión humana -en cuanto experiencia subjetiva y en cuanto realidad objetiva que motiva esa experiencia- de inserción en una totalidad que permite al hombre tomar conciencia de que es tal hombre. cfr., 10 Palabras Claves en Religión, Ed. Verbo Divino, pág. 43 4. Todo tipo de experiencia de carácter religioso que entra en relación con las dimensiones de la persona humana (físico, emocional, psicológico, trascendente) 5. Sustancia o elemento que puede reemplazar a otro por tener propiedades similares. 6. Cf., GALINDO, Florencio, El “fenómeno de las Sectas Fundamentalista”, Ed. Verbo Divino, España 1994, Pág. 52. 7. iccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996-99. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona

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