Humanos tan Solo Humanos

Publico el siguiente artículo que muy amablemente y después de varias formas de soborno me presto una amiga con la que me identifico en esencia. Pensar hoy en el reto pedagógico desde el contexto cristiano, es una tarea de gran complejidad donde las diferentes realidades en la cual se enmarca el ámbito educativo, vislumbra nuevas problemáticas que desde una u otra perspectiva buscan ser abordadas, a fin de crear posibles alternativas de solución, que nos permitan contribuir significativamente a la formación de un individuo cada vez más humano, comprometido con el mismo y con su momento histórico, un ser absolutamente conocedor de su esencia y finitud pero a su vez capaz de llegar al encuentro con la realidad final y trascendente: ese humano – divino, es decir; ese humano comprometido con esa realidad esencial: Dios, esa deidad conocedora de lo profundo de la naturaleza humana, ese Dios capaz de ser la preocupación concreta del hombre, y la mujer; quienes movidos por las más grandes pasiones, desde la virtud más elogiada y admirable, hasta los vicios más censurables y repugnantes, los cuales brotan de la raíz de la existencia, del fondo, de las ventanas secretas, de los lados oscuros del corazón humano, de las vivencias, de los imaginarios y de las cosmovisiones, que construimos en el día a día, que forjan acciones que no son solo el producto del intelecto. Por el contrario están dinamizadas por los fuertes componentes psíquicos y emocionales que poseemos, inmersas a su vez en las grandes súper estructuras socio económicas, políticas y culturales que hemos creado a través del tiempo para darle bien o mal un orden y sentido a la existencia. Lo anterior, nos permite inferir sencillamente la complejidad que llevamos dentro. Somos, en gran manera, una especie llena de sueños, anhelos, esperanzas, desafíos y retos, pero por qué no decirlo también lleno de grandes enigmas, misterios, frustraciones, dolor, angustia y sufrimiento y un tanto, no muy pequeño, de desborde y locura, pero ¿será que acaso esa complejidad nos aleja de nuestro creador? NO. Por supuesto, al contrario es ella, aquella cualidad innegable que más nos acerca y nos hace salirnos de nosotros mismos y mirar ese más allá, que sólo se alcanza en Dios; sólo el Dios, creador, el gran YO SOY es el único que se acerca a la humanidad en todo el estricto sentido humano, ese Dios cercano al hombre es el único que puede realmente llegar a la esencia misma de él , y ¿Cuál es su fin? : Dios mismo, su encuentro con Él y con su otro semejante; es decir; con el otro cercano, con el igual a él, con el otro hombre, con la mujer, con su prójimo, con aquel que es necesario e imprescindible relacionarse para llegar a ser, y ser ese hombre nuevo y transformado que emerge del encuentro real y consciente de ese Dios que me permite reconocer mi humanidad y la del otro. Y a partir de ella, construir una nueva humanidad donde la imagen de ese Dios de amor, y amante del género humano se haga presente y a través de ella la gloria de Dios sea manifiesta en la formación de humanos más justos y menos violentos, capaces de vivir con esperanza en medio de las diferentes circunstancias que la vida brinda. A lo anterior, me permito referirme como nuestra verdadera y significativa labor como educadores cristianos que propenden establecer las condiciones para que el encuentro se dé entre: el hombre como realidad concreta y Dios como realidad esencial; y como efecto de ese majestuoso encuentro redunde en la gestación de una nueva sociedad más humana, que sea producto de ese hombre y mujer que encontró su máximo fin: EL Dios personal y cercano. Retomando la idea de posibilitar las condiciones para que el encuentro trascendente se dé personalmente y se cumpla la labor pedagógica expuesta, considero (a manera personal aunque no exclusiva, pues comparto con un no pequeño grupo de pedagogos) que una de las grandes herramientas pedagógicas del maestro del siglo XXI es el cine, pues es sencillamente fabuloso, fantástico y asombroso. porque nace de la esencia misma de la naturaleza humana. Es el cine a través de la imagen, y de su gran capacidad comunicativa, unido al enriquecimiento que le da la tecnología, el que logra asirnos de nuevas formas de vernos, de encararnos, de reflejarnos, de cuestionarnos y de revelarnos lo que no pocas veces no nos atrevemos a mostrar. Donde cada espectador es y puede ser un protagonista, un ser que vive un presente ausente y un ausente presente, pues es un “estoy” pero a la vez “no estoy” es una realidad pero a la vez mentira ,es un “sucedió”, pero también “pudo ser diferente”, es el cine (en mi concepto) el arte que más muestra nuestra vida de lo que fue o lo que pudo ser o quizás de lo que es posible, o simplemente inadmisible e inaceptable; es por eso mi apreciado hermano (a), que al igual que yo, mantiene ese sentido altruista y filantrópico, que nos lleva a desarrollar una excesiva responsabilidad por lo que le acaece a ese humano cercano a mí, en el sentido de cercanía, humanos, solo humanos, lo que me lleva a considerar esta herramienta como valiosa pieza del rompecabezas de la introspección de nuestra raza, excelente medio para iniciar el trabajo y a partir de este obtener el fin, pues nos brinda una forma clara y precisa de conocernos, comprendernos, reconocernos, asumirnos, aceptarnos, valorarnos, y en definitiva amarnos a pesar de… Permitiéndonos abrir un nuevo espacio de reflexión y de discusión que nos posibilite invitar a nuestros cercanos chicos (as) a tomar diferentes posturas frente a ellos mismos (as), frente a Dios y frente a su vida, que en términos prácticos y poco convencionales es lo único que realmente poseemos. El propósito de dicha confrontación es entonces, buscar hacerse y realizarse de manera pensada, deliberada, racionalmente y ante todo trascendente. Formar así un sujeto libre y responsable, acorde al ideal divino, que sea la expresión máxima de la voluntad del amor de Dios. Un hombre y mujer que ante todo, por todo y a pesar de todo opte por Él, de manera inequívoca, persuadido por la convicción que da la certeza de haber elegido de lo mejor, lo correcto. Para cerrar esta nota, solo deseo invitarlos a entrarse desde su mirada a las nuevas opciones que genera el mundo moderno, abrumado por la ciencia y la tecnología, que inocentemente satanizamos y olvidamos el aliado que puede ser, le sugiero que se arriesgue con sus chicos (as) a ver la vida desde otras ópticas y permita que Dios nos hable de una manera diferente pero igual de efectiva. Martha Lucia Polo Q. Lic. Ciencias Sociales

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