Si Dios fuera Cristiano

Pretender poner límites que definan a Dios en una doctrina sistemática es una empresa ineficaz y absurda, a su vez, reducir su revelación al hombre dentro de un estrecho espacio de “cuatro paredes” llamado cristianismo, judaísmo, islamismo, hinduismo, etc. Es otro error fatal, no obstante, cada uno de estos intentos son demostraciones de su increíble grandeza – razón tenían los hebreos al llamarlo el innombrable –.

Teniendo en cuenta este panorama, quiero considerar ahora el título del presente texto. Cuando hago referencia a la palabra cristiano y la aplico al sustantivo Dios, no estoy nombrando a los seguidores de Cristo sino, a la religión cristiana; entidad institucionalizada, doctrinal y jerárquica. Por tanto, cuando escribo “si Dios fuera cristiano”, estoy diciendo: si Dios se inscribiera en una religión llamada cristianismo. Entonces: Si Dios fuera cristiano la realidad religiosa de nuestro planeta seria otra, la pluralidad de expresiones religiosas no existiría y estaríamos privados de la inigualable riqueza cultural que durante toda la historia humana nos han provisto estas expresiones.

No habría razón de ser de los hermosos templos budistas y de sus inigualables “enseñanzas del despierto sobre la ley natural[1], tampoco tendríamos la posibilidad de deleitarnos con la riqueza arquitectónica y cultural (bailes, rituales, comidas, etc.) de los hindúes; que decir de las religiones chinas que tanto nos han enriquecido con su respeto a la naturaleza y énfasis en la sabiduría milenaria. El pueblo musulmán no podría aportarnos su riqueza literaria y filosófica producto de su fe en Ala el misericordioso, entre otros elementos que no puedo enumeran en este corto espacio. Qué decir del judaísmo, quien ha fortalecido la economía mundial y ha demostrado a través de sus firmes creencias que se puede construir una nación sobre la base de postulados teológicos.

Si notamos cada una de las expresiones religiosas que he nombrado aportan mucho de lo que son en la configuración de lo que hoy conocemos como nuestro mundo; en términos culturales, sociales, económicos, etc. Sin desconocer que estas expresiones religiosas son las únicas, las enumero como una pequeña muestra del gran aporte que cada una de ellas ha hecho en la configuración de nuestra realidad humana.

Todo lo anterior no es más que la muestra de los diversos rostros de Dios, una muestra clara y precisa de que el soberano del universo es dinámico, diverso y plural a la hora de expresar su poder creador; muestra que indica que el solo intento de delimitarlo es un acto de vil “manoseo” teológico. Quiero terminar esta reflexión con un fragmento de una de las obras del reconocido escritor C. S. Lewis: “Las imágenes, he de suponer, sirven de algo; de lo contrario, no serían tan populares. (Poco importa que sean cuadros o estatuas fuera de la mente o productos de la imaginación dentro de ella). Sin embargo, su peligro es para mí evidente. Imágenes del “santo” fácilmente se hacen ellas mismas santas, sacrosantas, aun cuando, de hecho, no lo son. Mi idea de la divinidad no es ella misma divina. Mi idea de Dios ha de ser hecha pedazos una y otra vez. Dios mismo se encarga de ello. El es el gran iconoclasta. ¿No podríamos casi decir que ese hacer pedazos su propia imagen es uno de los signos de su presencia? La encarnación es el ejemplo supremo: deja todas las previas ideas del mesías reducidas a polvo. A muchos les ofende esta destrucción de imágenes antes veneradas. ¡Bienaventurado el que no se escandaliza de ello!”


[1] Nombre que recibe la palabra que describe al Budismo: buddha-dharma.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola David.
Tenia tiempo que no pasaba por aqui. La verdad, no soy frecuente visitante de blogs, y son mas los dedos de mis manos que los blogs que visito asi como la frecuencia con que los visito.
Recuerdo que en una ocasión dejé un comentario que cierta amiga común te pidió que eliminaras, dado el temor de ser reconocida por ciertos "jerarcas" de su país de origen.
Me gusta tu visión de Dios y el mundo. Me gusta el estilo quasi-poético de tu prosa y no hace falta que te diga que son criticas sustanciosas (y ciertamente con sentido) las que haces... aunque lo dije, je je... porque no habia otra forma de señalar lo que no hacia falta decir. JE JE.


Del texto, ya causa gracia el solo titulo de "Si Dios fuera Cristiano", aun antes de que expliques las intenciones tras ese titulo. Sin duda, puedes anticipar por qué lo digo. Ya lo dijiste tu mismo en tu texto. Coincido en gran parte con tus apreciaciones.

Solo te deseo exito en los objetivos trazados en Argentina, y saludos a la chica de la identidad que queremos protejer (no sea que la excomulguen tambien), porque de seguro que desde Argentina tu tienes mas contacto con ella, que yo desde el pais de origen.

Abrazos,
Raúl Campomás.